viernes, 1 de marzo de 2013

Una historia nacional que vale la pena cantar

Camperonix
En nuestra reunión semanal, cual ensayo de una orquestra, empezamos a afinar nuestras mentes, a pensar en alguna empresa guatemalteca que hubiese aplicado un storytelling en una campaña de marketing. Entre la hermosa lluvia de palabras que caían por todos lados, nuestra violinista habló tan fuerte que provocó un silencio inesperado… ¡Campero! Por unos segundos seguimos en silencio, no sabíamos si hablaba de nuestro tema a discutir o si tenía hambre. ¡Sí, sí! Dijo. ¡Hace varios años Campero sacó unos superhéroes, como si fueran comics! A partir de ese momento la lluvia paró. Todos en forma unánime, aún sin director que nos guiara, empezamos a aportar recuerdos para deshilar la historia.

Campero es una empresa 100% nacional, desde sus inicios ha creado  un concepto familiar, siempre ha llegado al pueblo guatemalteco de una forma suave, sutil, tierna, agradable, llamando al sentimiento de pertenencia a través de la familia. A inicios del año 2000, Campero se aventura en una campaña que consistió en la creación de un trío de súper héroes salvadores del planeta  llamados “Camperonix”, conformado por “Super Camp” (el pollito), cuyo deseo era  regenerar la naturaleza;  Aquamixer”, que defiende ríos, lagos y mares, y “Flotania”, que es amante del cuido de los animales y de las plantas. Los tres luchan por vencer a “Desper”, un siniestro personaje que se encarga de contaminar el agua, de talar árboles, de destruir la fauna y de ensuciar todo lo que se le pone enfrente.

Estos súper  héroes tuvieron una aceptación, sobre todo en los niños, haciéndoles conciencia de la importancia de cuidar la naturaleza, lo importancia de no desperdiciar el agua, el reciclar basura etc., integraron los colegios y escuelas de la ciudad a través de concursos de niños de 5to. Grado primaria en adelante. La campaña concientizó a la sociedad, llego al consumidor a través de los sentimientos, de la responsabilidad social que todos como ciudadanos debemos de tener para vivir en un mejor ambiente.

Extrañamente, hasta aquí llegaron nuestros recuerdos, en un grupo comprendido entre las edades de 19 a 35 años, no pudimos recordar más. A partir de este punto terminan los versos de nuestra canción y empieza el crescendo, la parte interesante de una investigación; encontrar la razón por la que ninguno de nosotros puede recordar más.

Nuevamente emocionados por la idea de componer una canción diferente, tomamos nuestros instrumentos y nos lanzamos a experimentar. “¿Cómo los buscamos?” se oyó al final de la mesa, “busquemos en periódicos nacionales” replicó alguien más. Recorrimos varios lugares por un par de horas. Increíblemente si no fuese por un par de sitios de nuestros hermanos de El Salvador, esta historia pionera que un día Campero lanzó, quedaría en el olvido. Esa es la razón por la que decidimos ahondar más en la búsqueda, pues sabemos que es una historia nacional que no importando cuan buena o mala fué, en su tiempo fué pionera y vale la pena cantarla a las antiguas y nuevas generaciones.

Pronto más de esta historia…

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